Algo similar ocurre con el autocontrol y la fuerza de voluntad. Para tener una voluntad de hierro es esencial ofrecer pequeños tributos a la virtud de la disciplina personal. Hay un viejo proverbio africano que lo expresa mejor: «Varias telarañas unidas pueden atrapar a un león.» Si liberas tu fuerza de voluntad te conviertes en dueño de tu mundo personal. Déjame prevenirte de una cosa: la falta de fuerza de voluntad es una enfermedad mental –añadió Julián–. Si padeces esta debilidad, procura ponerle solución cuanto antes. La abundancia de fuerza de voluntad y de disciplina es uno de los principales atributos de todos aquellos con carácter fuerte y una vida maravillosa. La fuerza de voluntad te permite hacer lo que dijiste que harías: levantarte a las cinco de la mañana para cultivar tu mente mediante la meditación.
Es la fuerza de voluntad lo que te permite contener la lengua cuando alguien te insulta o hace algo con lo que no estás de acuerdo, lo que impulsa tus sueños cuando las alternativas parecen estar en contra, lo que te da la fuerza interior para ser fiel a tus compromisos para con los demás y, sobre todo, para contigo mismo. Mediante la virtud de la voluntad, estás destinado a alcanzar el más alto ideal de la vida y a vivir en una mansión celestial llena de cosas buenas, de vitalidad y alegría.
Tú pones en forma tu fuerza de voluntad como tu hijo pone en forma su musculatura. – ¿Sugieres que con una buena mezcla de adiestramiento y preparación yo podría tener la misma fuerza de voluntad que Gandhi? – Sólo te digo que todas estas cosas estarán a tu alcance cuando cultives las reservas dormidas de tu fuerza de voluntad.
– ¿Y seré más libre a base de fuerza de voluntad? –La libertad es como una casa: se construye ladrillo a ladrillo. El primer ladrillo que deberías poner es la fuerza de voluntad. Te da el control para vivir la vida que has imaginado, en vez de aceptar la vida que llevas. La voluntad es la reina de los poderes mentales. Cuando do-minas tu mente dominas tu vida.
Cuando empieces a concentrarte sólo en pensamientos positivos, rechazando los negativos a fuerza de voluntad, te aseguro que los pensamientos malos se marchitarán enseguida. –Entonces, si quiero ser capaz de levantarme temprano, comer me-nos, leer más, preocuparme menos, ser más paciente o ser más afectuoso, ¿lo único que he de hacer es emplear la fuerza de voluntad para limpiar mis pensamientos?
El que controla su mente, controla su Vida. En el transcurso de aquella extraña pero inspiradora velada yo había pasado de ser un escéptico que analizaba escrupulosamente a un abogado de campanillas convertido en yogui a ser un creyente cuyos ojos se habían abierto por primera vez en su vida.
Yo siempre había querido ser un mejor padre de familia y vivir de forma más plena, pero siempre había estado ocupado en sofocar esos fuegos de la vida que tan apremiantes me parecían. Tomé la decisión de realizar mis sueños y hacer de mi vida mucho más de lo que había sido hasta entonces. Ahí fue cuando saboreé por primera vez la auténtica libertad, la que se des-prende de decidir que uno toma las riendas de su vida y de todos los elementos que la constituyen. –Te daré una fórmula para desarrollar la fuerza de voluntad –dijo Julián, sin saber la transformación interior que yo acababa de experimentar–.
Empieza a combatir la fuerza gravitatoria de tus malos hábitos del mismo modo que un cohete espacial supera la fuerza de la gravedad para entrar en el cosmos. Repetir ese mantra que te he dado, junto con la práctica diaria de verte como tú deseas ser, te servirá de apoyo a medida que vayas creando esa vida disciplinada que te conecta con tus sueños.
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